¿Merece la pena reformar una vivienda antes de venderla?

Esta es una pregunta que muchos propietarios se hacen antes de sacar su casa al mercado inmobiliario. A priori, puede dar la impresión de que reformar la vivienda es una inversión innecesaria, pero realmente no lo es, mucho más teniendo en cuenta que es posible hacer reformas sin obras, por muy poco dinero y que permitirán cambiar radicalmente la imagen del inmueble.

Atraer o no al primer vistazo

A la hora de vender una vivienda, no hay que olvidar que la primera impresión es fundamental. El componente psicológico puede predisponer al posible comprador a favor o en contra en un periodo de tiempo ínfimo. De hecho, se calcula que solo se necesitan 90 segundos para decidir si una casa interesa o no. Por lo tanto, esas reformas pueden ayudar, y mucho, a reducir los tiempos de venta.

Revalorizar la casa

Por otro lado, reformar la vivienda tiene una ventaja añadida, que no es otra que un aumento del precio venta muy por encima de la cantidad invertida en las mejoras. Evidentemente, los cálculos van a variar según el estado previo del inmueble y el alcance de la reforma, pero la revalorización media puede calcularse entre un 10 y un 20 %.

Reformar la vivienda sin gastar mucho

El objetivo es hacer la casa lo más atractiva posible para el mayor número de posibles compradores. Pero eso no significa picar paredes y levantar suelos. Un buen “lavado de cara” no costará mucho y el resultado final será una vivienda más actual y seductora incluso al primer vistazo. ¿Qué mejoras se pueden hacer?

• Pintar: es imprescindible para que la casa dé una impresión de limpieza y pulcritud. Lo mejor es hacerlo en blanco, un color neutro que aporta luminosidad y amplía visualmente los espacios.
• Suelos: si están en mal estado o son muy antiguos, la solución más rápida y económica es poner sobre ellos losetas vinílicas. Las hay en infinidad de modelos, son adhesivas, se cortan con facilidad y en la mayoría de los casos no será necesario rectificar las puertas, ya que son muy finas.
• Puertas: si están en buen estado, bastará una mano de pintura para darles un nuevo aspecto. Si están deterioradas, habría que plantearse instalar unas nuevas, hay modelos muy asequibles en el mercado.
• Azulejos: baño y cocinas siempre acaparan buena parte del interés de los posibles compradores. Si los revestimientos están muy pasados de moda, de nuevo, la pintura es el mejor aliado. Es una solución rápida, muy económica y de resultados increíbles. Eso sí, conviene que sea un profesional el que se encargue del trabajo para conseguir un buen acabado.
• Iluminación: aporta calidez y ayuda a que las estancias parezcan más amplias. No hay que hacer mucho, algo tan sencillo como poner unas bombillas más potentes será suficiente.
• Terraza: hoy en día, la terraza es uno de los grandes atractivos de cualquier vivienda. Si la que quieres vender la tiene, sácale el mayor partido posible. Una tarima de exterior bonita, unas barandillas bien pintadas, un mobiliario básico y algún accesorio bonito pueden hacer maravillas.
• Otros detalles: hay un sinfín de pequeños cambios que también ayudarán a renovar la imagen de esa casa sin necesidad de gastar mucho. Ese sería el caso, por ejemplo, de los tiradores de los muebles de la cocina, de la encimera o de los grifos.

Incluso sumando todas estas mejoras, el presupuesto necesario no sería desorbitado. Además, tendrías la casa en perfecto estado de revista en una abrir y cerrar de ojos. Si eras de los que dudaba en reformar una vivienda antes de venderla, ya has visto que sí merece la pena.

Fuente: habitissimo

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